Xochipilli

                                         Xochipilli



Xochipilli es el Dios azteca del amor, la danza, las flores, el canto, la alegría, del placer, la danza y las canciones. También las noches de los viernes, los sabios aztecas pedían  a Xochipilli ayuda para solucionar los problemas relacionados con el karma.

El gran Maestro Samael Aun Weor en su libro: “Magia Crística Azteca”  afirma lo siguiente del Dios Xochipilli:



Las Secretas Enseñanzas de los Nahuas.

En el Museo de Antropología e Historia de la ciudad de México, D.F., se halla Xochipilli sentado sobre un cubo de basalto bellamente tallado. Las rodillas en alto y las piernas cruz de  San (Andrés, las manos con los pulgares índices contacto y la vista hacia el infinito. Grandes orejeras de Jade, coraza cuyo fleco termina en garras de tigre o colmillos de serpiente, sobre la cual, en el pecho, ostenta dos soles y sobre los soles dos medias lunas, Pulseras y rodilleras le rematan en flor de seis pétalos, canilleras con garras que aprisionan sus tobillos, y sobre las canilleras dos campánulas  con las corolas hacia abajo arrojando seis semillas, una ellas y la otra fuego y cactli, cuyas correas se anudan graciosamente sobre sus pies.
Xochipilli, Xóchil, flor, pilli, principal. Dios de la agricultura, las flores, la música, el canto, la poesía, la danza, flores y cantos es lo más elevado que hay en la tierra pa­ra penetrar en los ámbitos de la verdad", enseñaban los tlamatinine en los Calmecac. Por eso toda su filosofía está te­ñida del más puro matiz poético. La cara de Xochipilli es impasible, pero su corazón rebosa de alegría.
  
Quetzalcóatl es el Cristo Cósmico que encarnó entre los Nahuas para enseñarles a vivir de acuerdo con las leyes de Dios, y para dar su mensaje de triunfo ("En el mundo ten­dréis aflicción: más confiad, yo he vencido al mundo). Juan 16:33, se desdobla en Xochipilli, quien en el pecho ostenta el símbolo de Gran Deidad. Las garras felinas del fleco de su coraza son las mismas garras que a los lados de la cara  de Tonatiuh destrozan corazones, símbolo del sacrificio de las emociones del Iniciado, sacrificio sin el cual no es posi­ble llegar a Dios.
La vulgo religión náhuatl celebraba la fiesta Xochihuitl, en  la cual, durante los cuatro días que la precedían, era obli­gatorio comer solamente panes de maíz sin sal una vez al día y dormir separados de sus mujeres los casados. Al quin­to día públicamente se ofrecía a Xochipilli danzas y cantos acompañados de Teponaxtli y tambores, ovación de flores recién cortadas y panes con miel de abejas, en los cuales se ponía una mariposa de Obsidiana, símbolo del alma del creyente.
Xochiquetzalli comparte al igual que Xochipilli (Diosa del Amor) cuya morada estaba en Tamoanchan, deposito de las aguas universales de vida, y que en  el hombre  son los zoospermos. "Lugar paradisiaco alfombrado de flores, de ríos y fuentesw azules, donde crece el  Xochiticacan, árbol maravilloso  que basta que los enamorados se paren bajo el cobijo de sus ramas, y toquen sus flores para que sean erternamente felices.

                                                              Xochiquetzalli          
Jamás hombre alguno vio esta deidad, sin embargo los nahuas, la representaban joven y hermosa, con el cabello sobre sus espaldas y un gracioso fleco en la frente. Diadema de cuero roja trenzado de la cual salían hacia arriba pena­chos de plumas de Quetzal; aretes de oro en las orejas; joyel del mismo metal en la nariz; camisa azul bordada con flores y plumas multicolores; falda policromada y en sus manos dos ramos de fragantes rosas.

Maqueta del Templo mayor en México D.F

1- Casa de las águilas, 2- Templo c - de Xochipilli, 3- Templo Mayor,  4- Edificio F de Xochipilli,  5- Xochiquétzal, 6- Chicomecoátl, 7- Ehekatl, 8- Cihuacoatl, 9- Coacalco, 10- Calmecatl, 11- Tzompantli, 12- Juego de pelota, 13- Tozpalatl, 14- Tonatiuth.

 Su templo estaba dentro del templo Mayor de Tenochtitlan y aunque pequeño lucía tapices bordados, plumas preciosas y adornos de oro. Xochiquetzalli tenía poder para perdonar. A su templo iban las mujeres grávidas después de tomar un baño lustral para confesarle sus pecados y perdón y ayuda; pero si estos eran muy grandes, a los de la deidad se quemaba la efigie de la penitencia modelo en papel de ámate. (Ficus Petiolaris).
En los Calmecac, Calli, casa; mecatl, cuerda, lazo, corredor largo y estrecho en las habitaciones interiores de edificio, tenía lugar una ceremonia ofrecida a Xochipilli. Once niños, todos hijos de nobles, ejecutaban cantos y en círculo, en las cuales daban tres pasos hacia adelante tres pasos hacia atrás, seis veces, al mismo tiempo que ataban graciosamente sus manos. -Un niño arrodillado frente al fuego que ardía en el altar oraba silenciosamente pan de cada día, y otro niño permanecía parado en la entrada del templo haciendo guardia.
Esta ceremonia duraba tanto como las danzas ir les y debía celebrarse la primera noche que apareciera en el cielo la fina hoz plateada de la Luna Nueva. El director Calmecac, de pie entre el niño que oraba y los danzantes dando frente al altar, con el rostro impasible como el de Xochipilli, recogía las vibraciones de la oración infantil, las los cantos, las de las danzas, y levantando sus manos ras hacia el cielo, que ahora antojábase una flor, pronunciaba quedamente la mística e inefable palabra que designan que define y crea, y los niños pronunciaban en coro: Danter Ilomber Bir. "Si no os hiciereis como niños, no entra­réis en el reino de los cielos". (Mateo 18:2-4). Pero no glo­tones, díscolos, groseros como los niños, sino como ellos hu­mildes y confiados en sus padres que les dan todo lo que han menester.
Sabiduría es amor. Xochipilli mora en el mundo del amor, la música, la belleza. Su rostro sonrosado como la au­rora y sus rubios cabellos le dan una presencia infantil, ine­fable, sublime. El arte es la expresión positiva de la mente. El intelecto es la expresión negativa de la mente. Todos los Adeptos han cultivado las bellas artes. Los viernes de 10 p, m. a 2 a.m. se puede invocar a Xochipilli. El hace girar a favor de quienes se lo piden y lo merecen, la rueda de la re­tribución. Pero él cobra todo servicio, él no puede violar la Ley.
En el interior del Templo del Sol, los Caballeros Ocelotl y los caballeros Cuautli, ataviados con yelmos, en forma de cabezas de tigre y águila, todos con penachos de plumas de Quetzal en la nuca, símbolo de la lucha que en la tierra te­nían que sostener contra el mal; llevando en una de sus ma­nos un ramo de rosas y en la otra la macana forrada de piel de tigre y de plumas de águila, símbolo de poder; en sus muñecas brazaletes y en sus pantorrillas canilleras, ce­lebraban otra ceremonia el primer jueves de Luna Nueva. En ella había danzas y cantos rituales, y uno de los tlamatinine (espejo horadado, en sí mismo, órgano de contempla­ción, visión concentrada del mundo de las cosas), cerraba la ceremonia con la siguiente oración: "Señor por Quien vivi­mos, dueño del cerca y del lejos, con alegría te damos gra­cias por nuestro señor Quetzalcóatl, quien con el sacrificio de su sangre y la penitencia hizo que entrara en nosotros Tu Vida. Haznos fuertes como él, haznos alegres como él, haznos justos como él". Así sea, decían todos en coro.
(Tomado del libro “Magia Cristica Azteca” del V. Maestro Samael Aun Weor de Ediciones Gnósticas)

Siendo Xochipilli el Señor de las flores. Era por lo tanto el Señor de las virtudes  que adornan el alma.

Invocación al Dios Xochipilli

Los viernes, de 10 p.m. a 2 a.m., se puede invocar a Xochipilli. El hace girar a favor de quienes se lo piden y lo merecen la Rueda de la Retribución. Pero él cobra todo servicio, él no puede violar la ley.

En su libro titulado: "El Matrimonio y el amor", el V. Maestro Samael Aun Weor, pionewro de la Antropología Gnóstica afirma en relación a Xochipilli y el amor lo siguiente:


Que dichosas serian las parejas si se supieran amar de verdad, si el hombre nunca tuviera ira, sí la mujer jamás tuviera ira. Entiendo que la «Luna de miel» se puede conservar. Desgraciadamente los seres humanos aquellos que se casan están empeñados en acabar con lo más bello que hay, con «la luna de miel».

Si se quiere conservar en realidad de verdad la «luna de miel», hay que eliminar la ira, hay que eliminar los celos, hay que eliminar el egoísmo; debernos volvemos comprensivos, aprender a dispensar al ser amado todos sus errores. ¡Nadie nace perfecto! El hombre debe saber que la mujer tiene sus defectos. La mujer debe comprender que el hombre tiene los suyos. Mutuamente deben dispensarse en sus defectos del tipo psicológico. Si así proceden conservarán la luna de miel.

Entre los antiguos pueblos de Anáhuac, fue Xochipilli el Dios del Canto, del Amor y la Belleza. Xochipilli nos enseña a conservar las delicias indiscutibles de la luna de miel. Es una lástima que la gente no comprenda la doctrina de Xochipilli.

Es posible conservar la «luna de miel», cuando se aprende a dispensar los errores del ser amado; más si no se sabe dispensar los errores, la luna de miel se pierde.
Cuando una pareja se casa, debería entender mejor la psicología. Por lo común uno de la pareja comienza por herir al otro; el otro reacciona y hiere también. Se forma un conflicto, al fin el conflicto pasa, los dos se reconcilian y todo continúa aparentemente en paz, más no hay tal, el resentimiento queda.

Otro día hay otro conflicto, se disputan marido y mujer por cualquier tontería, tal vez unos celos, en fin, por cualquier cosa. Resultados: Pasó el conflicto y queda otro resentimiento y así de conflicto en conflicto, los resentimientos van aumentando y la luna de miel se va acabando. Por último ya no hay tal, se acabó. Lo que hay son resentimientos de lado y lado y si no se divorcian sí continúan unidos ya lo hacen por un deber o simplemente por pasión animal y eso es todo.

Muchos matrimonios ya no tienen nada que ver con el amor El amor de hoy en día huele a gasolina, a celuloide, a cuentas de banco y eso es todo.
Lo más grande, el error más grave que pueden tener un hombre y una mujer es acabar con la luna de miel. Podrían conservarse a condición de saberla conservar. ¿Qué te insultó la mujer?, ¿Que te dijo palabras feas?, Tú mantente sereno, apacible, no reacciones por nada de la vida, muérdete la lengua antes de contestar.

Al fin ella al verte tan sereno sin ningún tipo de reacción se sentirá tremendamente avergonzada y te pedirá perdón.
¿Te insultó tu marido, mujer?... ¿Qué te dijo?... ¿Te está celando con el novio que tenias antes? ¿Qué pasó?... ¿Está hoy el de mal carácter?... ¿Regresó de la calle tremendamente neurasténico?...

Tú mantente serena, alcánzale su comida, su ropa, ayúdalo a bañar, bésalo, ámalo y cuanto más te insulte, tú más ámalo. ¿Qué sucederá al fin? Pueden estar ustedes seguras, mujeres que el hombre al fin se sentirá tremendamente arrepentido, sentirá que el remordimiento le traga el corazón y hasta se hincará para pedirte perdón, verá en ti una santa, una mártir, se considerará un tirano, un malvado. ¡Habrás ganado la batalla!

Sí ambos hombre y mujer proceden así, si actúan de acuerdo con esta fórmula, puedo garantizarles que no se pierde la luna de miel, porque el hombre va aprendiendo poco a poco a dominarse, al comprender que su mujer es una santa, y la mujer poco a poco va aprendiendo a controlarse, a medida que se va dando cuenta que su varón es tremendamente noble.
Llega el momento en que ninguno de los dos quiere herirse, se idolatran, continúa la luna de miel, durante toda la vida.

Este es el arte de amar y de ser amado ¿Llora tu mujer?, bésale sus lágrimas, acaríciala, ¿que ella no acepta tus caricias?... bueno aguárdate un poco que le pase la ira.
La ira tiene un principio y tiene un fin. Cualquier tempestad por muy fuerte que sea tiene su principio y tiene su conclusión.

Aguarda un momento y verás el resultado. Lo importante es que tú no te enojes, si lo logras, si te controlas a ti mismo, al fin ella vendrá mansita a pedirte perdón y cuán grande es la dicha de la reconciliación. 

El Matrimonio y el Amor. Samael Aun Weor