Quetzatlcoatl, profeta de América


 Señor Quetzatlcoátl

En las tierras de América precolombina, surgió como un rayo luminoso la figura de Quetzatlcoatl, Héroe, profeta, Maestro de sabiduría, gobernante, el súper hombre por excelencia que vino a traer el mensaje salvador a los pueblos de esta región de  meso América, los cuales se debatían entre el auge de los sacrificios humanos, el abandono de los principios espirituales, la pobreza y la desesperanza.

Cuentan las tradiciones antiguas que se pierden en la noche de todos los siglos que el sacerdote rey Quetzatlcoatl  fue hijo de una virgen llamada Chimalmat  (escudo de la Tierra)y sacerdote Dios   Mixcouatl (La vía  Láctea)  Fue criado por los sabios ancianos y llegó a ser un hombre de gran conocimiento, que se convirtió en rey de Tollán.

Hay una leyenda muy difundida que afirma que el Señor Quetzatlcoatl fue un hombre rubio, barbado, alto, blanco, poseedor de grandes conocimientos religiosos y científicos que trasmitió a los antiguos toltecas. Quetzatlcoatl les enseñó la orfebrería, astrología, la ciencia sagrada de la religión y prohibió los sacrificios humanos, les dio lecciones de ética y elevó cultural, material y filosóficamente  a estos pueblos toltecas.

Trajo como símbolo de gran veneración la cruz, motivo por la que ciertos estudiosos de religiones cristianas enfatizan la idea que este gran ser era el mismo Maestro “Jesús Cristo resucitado” que vino a traer el mensaje salvador a estos pueblos de la América precolombina, otros opinan que se trataba de alguno de los discípulos del gran Maestro Jesús.

El pensamiento de Quetzalcóatl traspasa las barreras del conocimiento, y marca  una división de las culturas del México antiguo en “antes o después de Quetzatlcoatl. Se cuenta que después de elevar en todos los sentidos a su pueblo, se inició una época de paz y abundancia. Quetzatcóatl construyó un impresionante centro ceremonial, amaba a su pueblo, y hacía obras benéficas a favor de sus discípulos y vasallos.


                               Maestro Samael Aun Weor
Lo que dice el Maestro Samael Aun Weor sobre Quetzatlcoatl


“Quetzalcóatl. Quetzalcóatl, traducido a nuestra lengua, significa "serpiente emplumada". Es el Dragón Luminoso de los nahuas, es el mismo dios Harpocrates de los egipcios. El Kundalini es la ser­piente Quetzalcóatl de los aztecas, el fuego del Espíritu Santo, la serpien­te ígnea de nuestros mágicos pode­res. 

Quien aprenda a viajar con su cuerpo físico en Estado de Jiñas, podrá ponerse en contacto con los Dioses Inefables de la aurora del Mahamanvantara; quien aprenda a viajar con su cuerpo físico, podrá platicar, cara a cara, con los Elohim, con los Prajapatis, con los Rishis de los Vedas antiguos; quien aprenda a viajar con su cuerpo físico, podrá ponerse en contacto con Nuestro Señor Quetzalcóatl, y vivenciar por sí mismo que Quetzalcóatl es un Logos platónico, es el Demiurgo griego, es el Verbo, es la palabra. Juan precisamente, en su Evangelio, dice: "En el principio era el verbo, y el verbo estaba con Dios y el verbo era Dios; por él todas las cosas fueron hechas y sin él nada de lo que es hecho, hubiera sido he­cho".   

Una vez que uno se ha convertido en serpiente, que es una serpiente, a su vez pasa a ser devo­rado por el águila y se convierte en una "serpiente emplumada", en el Quetzalcóatl. En el fondo de todos los Misterios, nunca dejaba de brillar la figura hierática y terrible de Nuestro Señor Quetzalcóatl, ese Quetzalcóatl que se pierde en la no­che de los siglos. 

En Tula cada sacerdote se consideraba a sí mismo un Quetzalcóatl; en el fondo lo que sucedía era que los sacerdotes que se cristificaban, tomaban el nombre de Quetzalcóatl, el Dios Sol. Debe­mos entrar por el camino de la rege­neración, si es que queremos con­vertirnos en "Serpientes Empluma­das", como el Señor Quetzalcóatl.” 

Ese Lucero de la Mañana, esa estrella maravillosa (Venus), realmente representa la fuerza maravillosa del amor. Quetzatlcoatl resucitó de entre los muertos, es decir volvió a cristificarse,  surgió después de haber caído, convertido pues en un Maestro de sapiencia, se transformó en el lucero de la mañana (tlahuicalpantecuhtli)



La caída de Quetzatlcoatl. Cuenta la leyenda que cuando el pueblo disfrutaba del bienestar, y vivía en paz y armonía, los seguidores de Tezcatlipoca el “espejo humeante” señor de lo oscuro, de lo oculto, de los brujos y hechiceros” en muchas ocasiones trataron de  convencer a Quetzatlcoatl de que era necesario volver a los sacrificios humanos, y en vano trataron de embriagarlo y hacerlo caer  fornicación, pero Quetzatlcoatl era fuerte en sus  convicciones. Un día lo embriagaron y fue  lo que originó  su salida de Tollán, al respecto  El Maestro Samael Aun Weor afirma en su Glosario Gnóstico lo siguiente:


Quetzalpétatl. La Eva de los misterios aztecas.  Si leemos cui­dadosamente los viejos Códices, hallaremos riquísima información sobre Nuestro Señor Quetzalcóatl; se dice que "en una casa espléndida, en una ciudad maravillosa" (viva representación divinal del Paraíso) "un día cualquiera —dice la tradición alegórica o simbólica— mandó a llamar a su esposa (Quetzalpétatl)". Ella concurrió al llamado, "se exten­dió la estera sagrada sobre el duro piso", y cuenta la leyenda de los siglos que él se embriagó con vino... No debe tomarse esto en sentido literal; realmente se trata de alegori­zar el drama edénico, es decir, que comió de ese "fruto" que "Dios prohibiera comer" y que "se encon­traba en el centro del Edén" (el "Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal"); entonces "tuvo que abando­nar la lejana Tule (o Tula), la ciu­dad espléndida de la luz, y vagó por todos los países del mundo, sufrien­do terriblemente"... Nos viene a la memoria el momento en que Jehová se dirigiera a Adán y a Eva para decirles: "Vosotros pereceréis", y ellos hubieron de salir del Edén para "trabajar y ganar el pan con el sudor de su frente" y para "alumbrar a sus hijos con dolor". 

Así también, nues­tro Señor Quetzalcóatl vagando por todos los países del mundo, sufrió lo indecible, "arrojo sus joyas en un río sagrado" (escondió sus tesoros divinales) y "salió en busca de la Tierra Roja"... Sufrió mucho, y mirándose un día en el espejo, dijo: "¡He envejecido!" Fue sometido a pruebas por los Magos Negros, pero él salió victorioso, y así, después de haber sufrido mucho, "llegó a la Tierra Roja"; entonces, dice la tradi­ción, "pudo morir y resucitar", "bajó a la región de los infiernos, al Mictlán, para recobrar los huesos de sus antepasados".



Es lógico que el sacerdote Dios Quetzatlcoatl (Ce Acatl Topilzin) después de su salida de la tierra de los Toltecas, vivió en muchos países, y cumplió extraordinarias misiones, así su mensaje redentor  fue escuchado  y practicado en Teotihuacan, y en las tierras del mayab   los Mayas y le llamaron Kukulcán, y en su honor erigieron pirámides donde se rendía culto a la serpiente emplumada. En Colombia  llevó el divino Maestro Quetzatlcoatl sus sagradas enseñanzas  y fue conocido  por los chibchas en “Bacatá” hoy Bogotá  como “Bochica” que fue un Dios blanco, barbado y que venía de regiones remotas.



Más tarde en Perú, “la tierra sagrada de los Incas,  llevó el sacerdote rey Quetzatlcoatl, su mensaje de salvación y regeneración y fue conocido como  Viracocha, que igualmente fue un misionero Dios  blanco, de ojos azules, rubio y que venía por el mar de regiones remotas, iba acompañado por otros sacerdotes que eran rubios como él. Hay una región cerca de Lima donde se venera a Pachacamac, otra advocación de Quetzatlcoatl.



El mensaje de  quetzatlcoatl  traspasó las barreras del conocimiento, superó las pruebas del carbono 14,  y marcó en las civilizaciones precolombinas con sus grandes conocimientos filosóficos y  religiosas y un tiempo de gran  desarrollo espiritual y material.



Para los pueblos indígenas era conocido que en el interior de cada persona existen los principios cósmicos universales, que convenientemente desarrollados pueden convertirle en un Quetzatlcoatl.